8 de febrero de 2010

Pluma invitada


LOS OJOS EN ÁFRICA

Juan Miguel Zunzunegui

Este año es el mundial en Sudáfrica y sólo por eso los ojos y cámaras del mundo entero voltearán a ver al continente que el resto del mundo ha convertido en la cloaca del planeta Tierra por los últimos siglos, y que ha destrozado impunemente las últimas décadas. El mundial de África, hay que entenderlo así, es el fraude mediático más grande de 2010, y millones de millones de aficionados van a caer en él.


Como en el mundo de hoy la realidad es construcción realizada por los medios, donde existe lo que aparece a cuadro; el mundo se llevará de África la imagen que las corporaciones mundiales quieran dar, y como estas corporaciones son las que decidieron hacer un mundial africano para aparentar que África les importa, y que el continente progresa; las imágenes que nos darás serán hermosas.


Sabemos que la sede se dio a Sudáfrica por el compromiso de la FIFA de hacer un mundial de Futbol en el continente africano; esta decisión fue del todo política, hacer pensar que el mundo se interesa en África. Desde el principio el problema era determinar la sede, y es que de 53 países oficialmente reconocidos en África (al momento de escribir estas líneas), la verdad es que 53 están social, política, y económicamente incapacitados para llevar a cabo dicho evento. Se eligió Sudáfrica por ser el menos sumido en la miseria, y el único en el que los países europeos estaban dispuestos a meter dinero con tal de que el mundial África 2010 (donde sea), fuera una realidad.
Como pasa en cada mundial o juegos olímpicos, reporteros de todo el mundo y de todas las grandes y pequeñas cadenas mediáticas estarán ahí, semanas o meses antes, mostrando al mundo la cultura del país anfitrión: veremos jirafas, leones y antílopes, alguna reserva de bosquimanos, comida típica, fusión de la cultura africana con la europea, y mucha modernidad. La trampa será hacer pensar al mundo que ese rincón del sur representa a África, cuando es en realidad una sucursal de Europa. Pero como nunca vemos otras imágenes de África, ni las veremos durante el evento, África será símbolo de modernidad. Sumemos Invictus, la obra cinematográfica que desde la pantalla grande apoyará esta campaña de imagen, mostrando una heroica imagen de un Nelson Mandela luchando por la igualdad negra en Sudáfrica. Eso fue otro fraude; el señor terminó su mandato, tiene un premio Nobel, es un símbolo…, y nada ha cambiado en Sudáfrica.


Por qué el mundial no es Congo, o en Botswana, o en Ruanda y Burundi juntos, al estilo de Japón y Corea; por qué no en Egipto, Marruecos o Camerún; qué tal Sudán, Etiopía, Eritrea; o para hacerlo más folclórico, en cualquiera de los territorios africanos donde no existe siquiera un país: Puntland, Somalilandia o Cambinda. Por qué no Chad o la República Centroafricana; o en Ghana y Nigeria, potencias futbolísticas, o en Liberia, para ver el racismo de negros contra negros.
El mundo entero, a través de los medios, volteará a ver África, pero lo hará como los caballos, con anteojeras, esa pareja de piezas fijadas a la cabezada del equino, que se utilizan para que el caballo no pueda ver más que lo que ocurre delante. Así contemplaremos África, con los ojos tapados a los lados para que sólo se vea lo que se debe de ver. No importa lo que nos digan, África no está en el camino al desarrollo, ni está mejorando, ni tiene futuro. Sudáfrica 2010 será el primer y último evento de este tipo que veremos en ese continente…, a menos que el comité olímpico se sume al juego.


Poco o nada nos ofrecerán los medios sobre algunas de las masacres que la humanidad permite y hasta organiza en ese rincón del mundo, porque son un gran negocio. África se muere y es la humanidad quien la está matando, el mundo contempla en complicidad silenciosa la putrefacción de un submundo donde 700 millones de ser humanos sobreviven como ratas de alcantarilla.
Veremos estadios y edificios, la modernidad de Johannesburgo, y hasta nos hablarán del racismo Apartheid como algo del pasado; pero, qué pasa con las epidemias curables y controlables de meningitis, de fiebre amarilla, de paludismo o de tuberculosis, que se podrían paliar con el costo de un día de invasión en Afganistán…, o de un día de trasmisiones futbolísticas.


Nos extasiaremos con la naturaleza, pero poco sabremos sobre la llamada Guerra Mundial Africana, que involucra a Congo, Burundi, Ruanda, Angola, Sudán, y desde luego a Sudáfrica, además de a Israel, Francia, Estados Unidos e Inglaterra. Nada nos dirán de que la matanza lleva 30 años y de que los países sólo fingen buscar una solución, pero que un eterno conflicto en el centro de África es vital para obtener el preciado coltán, tantalio, oro y diamantes.


Nada sabremos sobre las limpiezas étnicas solapadas por el mundo occidental, ni del tráfico de fusiles Kalashnikov que enriquecen a los millonarios de Francia, Rusia, Israel y Estados Unidos, y que son vitales para mantener los conflictos eternos que tanto benefician a las elites. China se encargará de que no se sepa que su gobierno y empresarios promueven las peores masacres para obtener diamantes de sangre y el preciado coltán necesario para los celulares económicos que nos venden.


No sabremos que de los 25 países con menor índice de desarrollo humano, 24 están en África, que más de la mitad de su población vive con menos de un dólar al día, que hay esclavos infantiles en el África occidental que se dedican al cultivo del cacao, para que nuestros chocolates sean más ricos y más baratos, no escucharemos de los millones de campesinos desplazados por proyectos de especulación, ni de las esclavas sexuales de 12 años para que los ricos del resto el mundo desahoguen sus perversos instintos.


En el 2010 habrá una fiesta en África, en un rinconcito maquillado del continente más miserable habrá música, baile y goles. El mundo se sentirá satisfecho, Europa, a través de la FIFA, sentirá que ha hecho su trabajo, muchos pensarán que ha llegado el momento de África. Millones de dólares serán derrochados en patear balones, en una tierra donde deberían usarse para convertir en verdaderos humanos a sus habitantes.


África no existe, sus problemas son irresolubles, pues a nadie le interesa resolverlos, son de hecho necesarios. África es el duodeno del planeta Tierra, pero en el 2010 fingiremos que es lugar de fiesta y armonía mundial. Ahí, donde los países se matan por los recursos, los futbolistas se abrazarán como hermanos. En el 2010 viviremos en todo el mundo la hipocresía sudafricana. Los ojos del mundo estarán en el continente negro, pero es necesario que el público vaya más allá de los medios, que no tenga puestas las anteojeras, y no compre una construcción mediática de la realidad.

1 comentario:

  1. Creo que el artículo es interesante, a pesar de que trata con demasiada negatividad todo lo que pasa en el mundo, lo importante no es estar inconforme sino que en muchas ocasiones sólo lo decimos sin intentar hacer nada por cambiarlo...

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