25 de enero de 2010

Pluma invitada


El periodista ante los factores de poder.

La frontera entre información y propaganda, periodismo y sistema político, la presión de las empresas.
Adbusters.

Por Miguel Mejía Díaz.

Si bien la labor del periodismo descansa, entre otros, sobre los pilares de la libertad, la imparcialidad y la verdad; a últimas fechas se han ido agregando al casillero de requisitos del periodista las no menos difíciles labores de la “rebeldía”, la “conciencia ambiental”, o la “postura política progresista”, por mencionar algunas.

Dichas características ponen en peligro la integridad o sagacidad del periodista en los tiempos que corren, o eso pareciera, porque si bien el cuerpo periodístico suele estar presto para el análisis y la crítica contra el gobierno en turno o contra alguna facción política en particular, poner el dedo en las llagas que causan las corporaciones y grupos empresariales no es un tópico tan felizmente socorrido por el gremio. Y lo será menos a medida que las alianzas entre poderosos hombres de negocios vayan engullendo grupos de medios hasta convertirlos en mega agrupaciones multimedia, así como en la medida en que la publicidad aumente su poder hasta niveles incontestables, volviéndose cada vez más el combustible que mueve la maquinaria del entretenimiento y la información.

Sin embargo esa carrera de la publicidad por estimular el consumo y volver a iniciar el ciclo de producción – consumo – desecho de productos, ha encontrado algunas voces que buscan hacerle frente. Una de las más destacadas es la de Adbusters Media Foundation, fundada en 1989 en Vancouver Canadá por KalleLasn, se trata de una organización que dice de sí misma: “Somos una red global de artistas, activistas, escritores, bromistas, estudiantes, educadores y empresarios quienes desean avanzar en el nuevo movimiento de activismo social en la era de la información. Nuestra meta es derrocar las estructuras de poder existentes y forjar un gran cambio en la manera en que vivimos en el siglo 21".

Con el fin de lograr ese “gran cambio” la fundación publica la revista Adbusters, un medio sin fines de lucro completamente financiado por el pago de los lectores y que ha alcanzado una circulación aproximada de ciento veinte mil ejemplares bimestrales.

Adbusters se ha convertido en el referente de un nuevo individuo, miembro de un más grande movimiento social, no sólo preocupado por el exceso de anuncios a que están expuestas las personas en los medios, sino también por asuntos ecológicos, de cambios culturales, de exceso de consumo, e incluso por la concentración de medios o la manipulación genética de los alimentos, tópicos habituales de la publicación que cuida de incluir temas de gran profundidad enmarcados por un esmerado diseño gráfico.

La revista no es el único canal a través del cual la fundación expresa su descontento con la manera en que los medios y el consumismo han modificado nuestras vidas, paralelamente gestionan “campañas de marketing” tales como BuyNothing Day (El día de no comprar) y TV TurnoffWeek (La semana sin televisión).

Queda sin embargo muy corto el intento de Adbusters por contrarrestar la marea de
dólares que impulsa la publicidad y la industria del consumo, y quedan también relativamente solos en la batalla, puesto que existen pocas iniciativas similares, pocos intentos periodísticos que cabalguen con ellos rumbo a la reestructuración de los mensajes que recibimos. Después de todo es medianamente suicida, financieramente hablando, gestionar un medio de comunicación cuyo objetivo es reducir y atacar las marcas y empresas que financian a todos los medios de la industria bajo un esquema que ha probado ser rentable.

Pero a falta de un gobierno que funcione como escudo (y siendo las corporaciones ya más poderosas que los estados), deben ser los propios ciudadanos quienes tomen las riendas de la defensa y del contraataque.

Por ahora Adbusters ha cavado ya las trincheras.

3 comentarios:

  1. Me parece muy interesante el artículo, sin embargo, no se puede nadar contracorriente, debemos adaptarnos al cambio y proponer nuevas estrategias para hacer más productivo, formativo y cultural nuestro contexto. El consumismo y el marketing, hoy día, rigen las decisiones más importantes del mundo, nos guste o no, por lo tanto, a mi parecer más que evitar la compra de lo ofertado, debemos exigir la maxima utilidad (material y emocional) de los nuevos productos, esto sólo se logrará educando a la sociedad, para identificar lo que realmente es un satisfactor.

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  2. Creo que Adbusters nada a contracorriente "sólo" en el fondo. En la forma es parte del mismo sistema de producción de medios, al final se trata de una revista que contiene anuncios, la diferencia estriba en que tanto los contenidos como la publicidad postulan que si todos cambiamos el switch, nadar a contracorriente será, en realidad, nadar en el sentido correcto.

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  3. Creo que sus aportaciones son interesantes, las aportaciones del libro y la pelicula son adecuadas; en cuanto al artículo de la pluma invitada me parece que intenta tachar a la publicidad a pesar de que es algo con lo que se convive diariamente. Es bueno intentar cambiar algunas cosas pero al mismo tiempo hay que saber aceptar y entender el lugar en el que nos desarrollamos...

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